jueves, 16 de agosto de 2012

Creo que me he enfermado...

Nerviosamente temblando están mis labios,
un inquieto cosquilleo se esparce por mi cara,
Confusos y enredados sentimientos varios,
Se apoderan fríamente de mi alma entera.

No puedo pensar nada claro,
En mi lengua hay un sabor raro,
De desconocida amargura y dolor,
De mi ser que ha perdido todo color,

En mi garganta una ácida picazón,
Mi nariz de recibir aire es incapaz,
Con una espada me atraviesa el corazón,
Una fuerza de horror tenaz.

Maldad pura y vil,
Aseguradora y amorosa acaricia mi cutis,
Pretende ser buena y civil,
Pero me llena con una inseguridad infeliz,

Torna helado mi cachete,
Como el mas frió de los inviernos,
Corta filoso como machete,
Hace de mi cielo un infierno.

Cuando cierro mis parpados,
El mundo se vuelve pesado,
Pero en silencio una risa macabra,
Hace que de inmediato los abra.

Miedo tengo, y no lo negare,
Que sea de verdad, y no solo yo exagerando,
Peor de lo que me imagine,
Y mañana no me vaya despertando.

Quizás no es tan drástico,
Pero la duda queda en mi mente,
¿Como lo vera la demás gente?
Por que decir que es algo fantástico,
Seria ir mas allá de lo inocente.

De como me siento he gritado,
Con mugidos y quejas lo enfrento,
Aun que haya sido ignorada,
Entre ruidos y lagrimas me doy cuenta,
Parece que me he enfermado.

Y el mundo se ríe de mi.

O al menos es lo que pienso...

La calidez de mil abrazos y la salud que ahora no gozo,

María Gabriella Párraga.

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