miércoles, 15 de agosto de 2012

El Romance al Alma Propia

¿Que es peor que un corazón roto y vencido?
Quizás el de nunca haber sentido,
El de un corazón que amor no ha conocido,
Por el simple miedo de ser herido.

¿Vale la pena arriesgarlo todo,
Por la vaga idea de ser amado?
¿Es acaso esa la suprema meta,
La manera en la piensan todos en este planeta?

Cuando se sueña la, la vida es eterna,
cuando se vive, es corta,
Al igual que el aceite en una linterna,
Poco a poco se agota.

Colores abundantes circulan por mi cabeza,
Aves y pétalos en el viento vuelan con destreza,
Es difícil creer y saber con certeza,
Que de verdad existe tal belleza.

Nos rodean vientos soleados sigilosos,
Susurrándonos verdades bajo cielos majestuosos,
Verdades dichas en modos cariñosos,
Mientras admiramos paisajes hermosos.

¿Y arriesgaríamos todo eso,
Por la vacía promesa de un beso?

Pero la verdad que todo aquello,
No lo es sin el amor,
Sin el, todo aquello,
Se vuelve simple y despreciado verdor.

Pensar con el alma en vez de el cerebro,
Ver la realidad con los ojos cerrados,
Dejarse llevar hasta que de tu cuerpo cada miembro,
No de alguien, sino del mundo estén enamorados.

Viviendo así  todo es mas claro,
Tu solido cuerpo se vuelve transparente,
Al principio sera raro,
Pero verás todo como es realmente.

Vive despreocupada y sonriente,
Yo sé que te quieres enamorar,
Pero eres impaciente,
Hay un mundo que explorar,
Tienes que conocer mucha gente,
Lugares celestiales visitar.

Haz todo eso enamorada,
No de un humano común y corriente,
Sino algo que sinceramente,
Merezca tu corazón y mirada.

Hablo de algo mas poderoso y profundo,
Algo mas grande y maravilloso que este mundo,
Algo mas sagrado que el ángel que te cuida,
Hablo de tu alma, y de tu magnifica vida.

Sonríe por que respiras,
Sonríe por que te aman,
Sonríe por que naciste humana,
Sonríe por tener alma.

¡SONRÍE!

Por que vale la pena ser feliz...

O al menos es lo que pienso...

El esplendor de mil lunas, y el amor de mil Dioses,

-María Gabriella Párraga.

Para Mi Madre


¿Hueles tú también ese aroma?
Dulcemente, todo a su paso perfuma,
Y buscando el alivio a mi abruma,
Girando en torno a mi se asoma.

Desde pequeña lo he olido,
Sutil como el agua garuando,
Caliente me sigue arropando,
Sin dejar lugar al olvido.

Lo he sentido desde que tengo memoria,
Aveces creo que es infinito,
En la triste sombra me consola,
De el dolor me mantuvo insólita.

Valor y confianza me otorga,
Amor y firmeza lo conforma,
Como estrellas cayendo en cada verso,
Es la esperanza solide de el universo.

¿Sabes lo que es?
Pista, tiene dos vocales,
Y tiene cuatro letras,
También es totalmente perfecta.

Es mi mamá.

Y en momentos tanto dulces como amargos siempre será una parte de mí. He pasado toda mi vida amándola y nunca dejare de hacerlo, y aunque frecuentemente argumentamos y discutimos, nunca dejara de ser mi creadora y enseñante; sé lo que sé por que ella me lo enseñó, y soy quien soy por ella. Te amo mamá, y te prometo bajo este cielo azul que algún día te haré muy orgullosa, y haré que todos los dolorosos sacrificios que por mi has hecho valgan la pena, y que sepas que desde el fondo de mi alma los aprecio y valoro.

O al menos eso es lo que pienso...

¡FELIZ DÍA!

Las sinfonías de mil pinos al viento y el aroma de mil geranios,

-María Gabriella Párraga.