lunes, 15 de octubre de 2012

La Partida (en memoria de nuestra queridísima Tia Julieta)

El tiempo pasando desde arriba me mira,
El blanco y el negro el mundo domina,
Cuando de repente una noticia por dentro fulmina,
Alguien muy amado de esta tierra ha partido.

Frío nevado sin nieve,
Día soleado sin sol,
Nos golpea con puños al pecho,
Y el frío nos llega al corazón.

Congelados están mis pulmones,
El suéter prestado devolví,
Alguien a mi corazón muy cercano ha partido,
Y yo el frío resistí.

Su cara de lejos ví,
Pensé que mucho para mí sería,
Pensé que evitarlo mejor sería,
Pero me di cuenta que verla tenía que.

Adios quería decirle,
Nunca la oportunidad se dió,
Cuanto la quiero de nuevo recordarle,
Pero ella ya partió.

Su cara de lejos ví,
Palidez cubriendo su ser,
Una extraña piel sin vida,
Conteniendo más vida que muerte.

Quizás fue porque de lejos la ví,
O mis húmedos ojos se equivocaron,
Pero muerta no estaba la bella señora,
Parecía apenas dormida.

Su pálida piel amorosamente cubierta,
De recuerdos, memorias y tesoros,
De risas, de llantos y amores,
De todo lo que es, fue y será.

Se que esta tierra ya dejó,
Que nunca más la vivirá,
Pero sé tambien que ella aquí esta,
Su presencia fuerte se mantiene.

Yo no puedo ver donde está,
Veo en todos lados, pero no la puedo encontrar,
No está arriba,
No está abajo,
No esta ni en América ni en África,
Ni en Europa o Asia,
Ni en ningún lado de este mundo.

Pero su voz me llama con cariño,
Y se qué no solo desapareció,
Se que en algún lado en algún lugar,
Ella esta cubierta completa de paz.

Ella esta en el cielo,
Ella esta con Dios,
Sin importar quien era,
O cual era su religión.

Ella esta en el cielo,
Pues digna de eso y más era,
Pero en otro lado está,
Puedo sentirlo en mi ser.

De todos sus seres queridos,
Ella esta en el cerebro,
Ella esta en el pulmón,
Ella esta en las memorias,
Ella esta en el corazón.

Ella nunca morirá,
Pues todos la cargamos con nosotros,
Ella nunca morirá,
Vivirá por siempre en esta tierra,
En nuestro cuerpo, alma y corazón.

Te extrañaremos Tia Julieta,
Pero no te diré adios,
Pues tú no has partido,
Sino has cubierto la tierra con tu ser,
Y ejemplo de bondad y amor has dado,
Ha quien enfrente tuyo ha cruzado.

Y eso es lo que pienso...

Las luces de mil luciérnagas y el aroma de mil rosas blancas,

-María Gabriella Párraga.

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