domingo, 12 de agosto de 2012

Escoger Entre el Bien y el Mal...

Escoger entre el bien o el mal. A cual de los dos escuchar. Es muy difícil saber cual es la respuesta correcta cuando nadie te la puede dar. Ya que es algo que nadie sabe. Si dicen que escogen el mal, todos dirán que ellos perdieron el camino desde que muy jóvenes eran, que probablemente la vida no les sonrió, que ellos nada mas están confundidos, tan ahogados por sus pecados y miedos, que los han cegado, y simplemente no saben lo que dicen. Que están equivocados.

Los que escogen el mal, sin embargo tienen sus razones, y nadie, mucho menos ellos mismos, saben ni pueden decir con absoluta certeza cuales son esas.

Si dicen que escogen el bien, todos dirán que son muchachos correctos, que son responsables y perfectos, porque al igual que santos angelitos, han escogido el bien. Sin embargo, yo creo que en la mayoría de ellos no ha sido un espíritu bendito que los ha iluminado, sino un simple miedo de ser castigados por el mal. Como dice Paulo Coelho, uno de mis escritores favoritos, nuestra conciencia es una horca, nos advierte con tan solo su presencia que si hacemos algo malo, las consecuencias nos alcanzaran. Entonces, no hacen lo que los demás consideran "bueno" no por buena voluntad ni santidad, sino por miedo a que algo malo les pase. Por miedo a que las consecuencias los ahorquen y los dejen colgando, fríos,  y sin vida.

Lo bueno tiene que venir desde el corazón, y todo aquello tiene que ser el ideal de el alma de uno, y no de la inevitable pesada influencia que tienen los demás en las acciones que realizamos. No lo hagas por ellos, ni por el mundo, ni por Dios, ni por un ángel o un demonio, ni por las creencias que presencias. ¡Hazlo por ti! Por tu alma, por tu corazón, por lo que se siente mejor.

Ya que si bien te das cuenta, si robas algo, por mas pequeño que este sea, primero te sientes bien, te sientes poderoso, te has dado cuenta que la horca no te pudo alcanzar, ya que estas en perfecto estado, con vida, y con un bien material mas. Estas en la sima del mundo. Luego, sin embargo, sientes una vibra negativa, un peso en tu pecho que no puedes aliviar, cuando piensas las consecuencias que tiene alguien mas en vez de ti, te carcomes por dentro, no eres esa persona, tu no sufres lo que ella sufre, pero sufres de verla sufrir por ti. Se llama culpa, y yo creo que esa es la verdadera forma de juzgar las acciones. No se han dado cuenta, pero la horca que creyeron haber escapado al robar el bien material, lentamente, los ha alcanzado, y los destruye adentro de su ser.

Cuando la vida no cumple con las expectativas, tiendes a ahogarte en un mar de maldad, y tienes solo dos opciones: Te haces la víctima y lloras sin compasión  hasta que alguien te salve, si es que alguien lo hace, si no mueres en tus llantos. O te haces el villano y te da una sed de sufrimiento, un hambre de venganza, un antojo por ser la persona responsable de el dolor de los demás. Crees que la sangre de los demás saciara tu sed, y no razonas por ti mismo.

Quiero creer que tenemos otra alternativa, sin embargo, que es la de levantarse cuando el mundo te derriba. Que es la de llorar tu llanto, cantar tu canto y vivir tu vida. La de saber que todo viene por una razón, y que aunque lo la sepas, existe. Si no tuviera una razón de existir, simplemente no lo haría, así es como funciona el universo. Hasta la más mínima partícula tiene un propósito. Si nos volvemos a levantar, con la esperanza de que todo mejorará, simplemente seremos una víctima que se ha cegado a ella misma, esperando a que nos salven.

¡Levántate con la determinación que tú mismo harás tu felicidad!

Se tu el responsable de tu bienestar, no te dejes engañar por falsas promesas que terminan siendo estafas. O al menos es lo que pienso.

El color de mil almas y las caricias de mil ráfagas de viento;

-María Gabriella Párraga




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